El antiguo ermitorio

Antiguo ermitorio - Templo de los alcantarinos

Desde el siglo XIV se conservan documentos sobre la existencia de un antiguo ermitorio dedicado al Salvador, construido en la cima de una colina próxima a la ciudad de Alzira, que dio nombre a la montaña, situada en el extremo Este, cuidado por ermitaños hasta el año 1984.

Los cenobitas, tras la conquista cristiana de estas tierras, habían fundado cinco ermitorios en los confines de la Villa de Alzira que, más tarde, aumentaron hasta once (Manuscrito del Escorial, sig. C-III, Vistas del antiguo ermitorio en "La Muntañeta" de Alzirafolios 353-364). “De estas once ermitas diseminadas en el término de Alzira, una es la llamada del Salvador” (“Décadas”, G. Escolano). El histórico edificio fue construido gracias a la generosidad de Mossén Pedro de Esplugues, arcediano de la iglesia de Valencia, canónigo de Lérida y capellán del Papa, quien edificó y pobló el año 1317 la villa de la Pobla Llarga, a una legua de Alzira. La noticia aparece en su testamento, redactado en Valencia, el 1 de mayo de 1337: “Quiero que la Capilla de San Salvador que yo construí en la Montaña, sobre la Villa de Alzira, sea reparada, para cuya reparación y adorno de la misma dejo trescientos sueldos” (Archivo de la Catedral de Valencia, Pergamino 9216, pag. 23).

Gracias a esta noticia, se conoce que el ermitorio fue edificado a finales del siglo XIII o principios del XIV, pues en esta fecha, estaba suficientemente deteriorado como para precisar reparaciones, para lo cual deja una importante suma de dinero. Desde los primeros años aparecen documentos sobre sucesivas reparaciones efectuadas en el mismo. Formando parte del edificio, se encontraba, además de la pequeña iglesia, la vivienda de los ermitaños. El primer inventario de joyas y enseres consta en el Libro de los Jurados de la Villa de Alzira (20 de julio de 1433). Asimismo, los actos de culto y fiestas al Salvador, aparecen anualmente desde 1456 (Archivo Municipal de Alzira, Llibre dels Jurats, sig. 03/147,1456), de tal modo que es considerado Santo Propio de la Villa.

Históricamente el primer dato conservado que hace referencia al culto a Nuestra Señora del Lluch, es del 5 de Agosto de 1699, fecha en la que es trasladada en procesión la imagen de la Virgen desde la antigua Villa hasta el ermitorio, donde es entronizada. Desde este momento, comienza a ser denominado por las autoridades locales y por el pueblo, indistintamente, por una de las dos devociones: del Salvador o Nuestra Señora del Lluch o por las dos, hasta que poco después, al decaer el culto al Salvador, pasa a ser conocida principalmente como ermita de Nuestra Señora del Lluch.

El incremento devocional que supone la presencia en la capilla de la imagen mariana, contribuye al aumento del culto de forma notable. Nuestra Señora del Lluch atrae rápidamente el cariño de los alzireños, de forma que pronto (s. XVIII), comienzan a ser habituales las peregrinaciones, no solo de la ciudad, sino de los pueblos de la comarca:

“En atención a que la Ermita de San Salvador y Nuestra Señora de Lluc es uno de los simulacros de devoción de esta villa y sus contornos donde se acude incesantemente a ofrecer sacrificios” (Archivo Municipal de Alzira, Libro de Actas Municipales, 1783).

Desde finales del siglo XIX las peregrinaciones comienzan a ser multitudinarias, como la de 1891, con más de quince mil fieles, según la prensa de la época. En el siglo XX tienen lugar varias con carácter diocesano.
Aplec del 2 de ctubre en la ermita de la Virgen del Lluch
En 1899 se construye un nuevo camarín de mármol para la imagen de la Virgen. En 1901 se instala, junto al edificio una Cruz de hierro forjado, de gran tamaño, en conmemoración del nuevo siglo.

La situación del edificio no cambia durante estos años, con interminables reparaciones, que no consiguen solucionar las deficiencias de su obra. Aunque la piedad de los alzireños va enriqueciendo el templo y ofrendando nuevos mantos y alhajas para la imagen, el deterioro del edificio crece hasta principios del siglo XX, creándose en 1923 la primera Junta de Obras, pero ese mismo año la ciudad sufre una importantísima riada y por diversas circunstancias no puede colocarse la primera piedra hasta 1927. El 30 de Agosto de 1935, por las circunstancias de la época, se efectúa el traslado de la imagen al nuevo templo, todavía sin terminar y el histórico ermitorio deja de prestar el servicio religioso y queda únicamente como vivienda de los ermitaños, hasta el año 1984. Un año después es derribado por las autoridades municipales, desapareciendo una de las edificaciones más antiguas del municipio.